Observando, observando

Ayer mientras esperaba después de la comida de navidad, delante de un centro de la mayor cadena de grandes almacenes. A las 3 de la mañana el paisaje urbano es muy interesante. Es un placer contemplar la ciudad a diferentes horas. Lo siento por las personas trabajadoras a las que observo, porque supongo que a esas horas lo que menos les apetece es estar allí, pero forman parte de la vida en la ciudad.

Iban llegando trailers y eran descargados por los trabajadores bajo la atenta mirada de los también trabajadores vigilantes de seguridad. Todo esto es lo que no se ve cuando vamos a comprar y vemos esa ropa en las perchas, las cacerolas en las estanterías, la comida en las neveras…La organización que esto supone, la cantidad de gente que lo hace posible y todos los engranajes que hacen posible el resultado final que es el que vemos.

Vamos que mi distracción mientras esperaba fue imaginarme toda la cadena de procesos hasta llegar al producto final, imaginarme la vida de los trabajadores que yo veía ahora (que es la punta de un iceberg) y la de problemas, apuros que se pasan y ni me había parado a pensarlo antes.

La vida por detrás del telón es muy interesante. Lo que no se ve y que todos disfrutamos gracias al esfuerzo de otras personas. Por mi trabajo he podido descubrir alguno de estos engranajes. Es sorprendente como cambian las percepciones de las cosas cuando ves las cosas desde el otro lado. Aprendes a apreciarlas y valorarlas más.

Me gusta “humanizar” los servicios que recibimos. Que todo lo que disfrutamos es gracias a otras personas. A veces se olvida y da la sensación que ha sido producido por máquinas o ha venido hecho por arte de magia.