Trabajo

Ayer volví a casa en el autobús y el chico de mi lado estaaba con un portátil. Haciendo no sé que. No lo miré porque una es muy educada e igual que a mí me da pelín de rabia que miren lo que estoy haciendo o leyendo, pues yo me aguanto las ganas de cotillear. Hay veces, sobre todo cuando voy estudiando los textos legislativos, que me dan ganas de levantar la cabeza y decirle a ese alguien que está inclinado mirando mis apuntes. Oye, si entiende algo, por favor me lo explique.
Hace años cuando veía a gente, sobre todo trabajadores, (porque estudiantes hemos sido todos y todos en épocas de examenes íbamos con los apuntes hasta al cine.) pensaba: Adicto al trabajo!

Ahora ya no pienso lo mismo. Más que nada porque yo también he pasado por épocas de vivir por y para el trabajo y aprovechaba hasta cuando esperaba el metro. A eso sumamos todas las comidas y cenas delante del ordenador, que también las ha habido.
Ahora pienso: Otro pobre al que no le dejan vivir sin trabajar, y me dan ganas de decirle: Déjalo. Si tampoco te lo van a agradecer ni tener en cuenta. En finss.

Tampoco digo que no haya los típicos que en los trenes de largo recorrido van con su portátil alardeando de grandes ejecutivos. Que digo yo, que no hace falta que nos enteremos todo el vagón de sus negocios. Que se puede hablar más bajito y existen las plataformas externas para hablar según que cosas! Estos no es que vivan para trabajar o no les dejen vivir sin trabajar. Es que yo creo que no saben vivir.