Estamos perdiendo la educación
Estamos perdiendo no ya las buenas costumbres si no la educación. Ayer cuando iba a bajar del tren, entre toda la marabunta de gente, bajaba una chica con un carrito de bebé.
Yo estaba sufriendo por ella, porque después de la experiencia con el carrito de mi sobri, sé que es um poco complicado manejarse con ellos en las escaleras. Pero tampoco me preocupaba mucho, porque la gente en estos casos, suele ser bastante amable y suelen ayudar a la pobre mami que va cargada con el muñeco del niño que se le acaba de caer, su bolso, el biberón del agua en la otra mano y dirigiendo el carrito.
Digo suelen porque me quedé de piedra. La chica estaba delante de mí y como había mucha gente, pensé: no le ofrezco la ayuda porque seguro que los que están delante de ella le ayudaran cuando estén a bajo. Vamos lo típico que coges las ruedas de delante y la mami las de detrás. Y si tengo que ponerme delante, incordiaré también a la marabunta que quiere bajar. Y voy a parecer la típica samaritana que no es necesaria porque se sobreentiende que esa acción la puede realizar todo el mundo.
Pero es que nadie le preguntó nada, yo que estaba detrás cuando abrieron las puertas, le pregunté si necesitaba ayuda, me adelanté y bajamos.
No sé me chocó bastante que nadie absolutamente nadie ofreciera su ayuda, cuando és una de las cosas que todo el mundo hace. Ya no digo el hecho de ceder los asientos a gente mayor, embarazadas, gente con muletas… que pocas veces he visto hacerlo. Pero ayudar a bajar un carrito, lo había visto siempre.
En fin… que nos convertimos en autómatas y no podemos ni girar la cabeza para ayudar a alguien que lo necesita.
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