Milagro de la vida
Ayer cuando volvía a casa en el tren se sentó a mi lado una chica embarazada. Todavía no calculo mucho los estados de gestación, pero diría que era de 6 meses. Le dió al viaje ese punto de ternura que a veces falta en un vagón abarrotado de gente. Parecía como en una burbujita. De vez en cuando se acariciaba la barriga y la miraba. Yo creo que estaba manteniendo una dulce conversación con su pequeño.
Siempre me ha parecido algo mágico el “milagro de la vida”. Lo encuentro tan asombroso. Si nos paramos a pensar tiene su punto de magia. Como puede crearse de la “nada” una vida? Daba un poco de envidilla, ese vínculo que estaba manteniendo con su peque. Pues bueno, a mí me sirvió para alegrarme un poquito la tarde ver a una persona tan feliz, radiante.
Que haya buen parto, y a ver si hay suerte y alguna vez coincido con ella en el tren con la criatura ya nacida. Cosa difícil, porque no me fijé en su cara.
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