Sin opción

Creo que el aprobado sin plaza me ha afectado más de lo que pensaba. De hecho ayer en el café con los amigos a la pregunta típica de un amigo. Que tal? Porqué hacemos preguntas tan complicadas como saludos? Me quedé parada. Bien. Respondí. Es lo que se contesta normalmente en la primera pregunta, no?

La verdad es que me dejó un poco KO. Pues la verdad es que no me había preguntado como estaba ayer. De hecho estaba muy contenta porque por la mañana (increíble no hubo sesión limpieza porque ya nos pegamos el palizón el sábado) la tuve enterita para mí. En el patio, practicando mi primer decoupage. En la gloria. Después paseíto con partener y friends. Vuelta a casa comida deliciosa y siestecita. Vamos el día perfecto.

Pero una pregunta tan inocente ya me trastocó.

Como estoy? Pues eso mismo estaba pensando la semana pasada, o más bien intentando no pensar. Porque según mis cálculos de septiembre, hace meses que tendría que haber cambiado. Pero como el pez que se muerde la cola, lo uno lleva a lo otro. Y la permanencia no permite ir a las listas, y eso hace que no pueda irme. Así que a estas alturas mi principal objetivo ha quedado descartado. Por mucha rabia que me dé, es lo que hay!

Por otro lado la no plaza también me ha afectado. Y esto sí que no me lo esperaba. Porque al fin y al cabo no era mi principal salida, y por lo tanto la no consecución del objetivo no debería suponerme mayor traspiés. Pero quizás era mi clavo ardiendo aunque yo no fuera del todo consciente.

Y ahora estoy como en el aire con los caminos cortados y sin haber iniciado uno de retirada. A esto le sumo la no paciencia que me queda. El desanimo y las ganas de salir corriendo que siempre impiden las facturas.

Tras las conversaciones varias y múltiples temas me quedé con un sabor de boca amargo. La sensación de no poder tener el control de mi vida por algo que se repite en toda una generación. La precariedad laboral, profesional y económica.

Otro tema tan natural como es la maternidad, paternidad.

La verdad no me siento por aludida. De momento no es que no me lo plantee, es que tampoco se me pasa por la cabeza. Pero de todas maneras lo triste, es que no tenga ni la opción, en caso de planteármelo de decisión. Simplemente porque no se puede. Porque el día 10 para mí ya es toda una aventura. Porque mi armario se nutre de caridad. Porque no dispongo de tiempo ni de estabilidad laboral que me permitan poder querer o no querer. No hay opción.
En otro ámbito más terrenal pero también relacionado, entró otro tema: “Los coches”. Modelos, más modelos. Visitas a concesionarios. Este creo que afectó a mi partener que según iba transcurriendo la conversación veía como la cara se le iba entristeciendo más y más.
“Pues yo el mes que viene quiero empezar a ahorrar para comprarme una bicicleta” .
Lo dijo con una angustia y una pena que casi me rompe el corazón.
Ahora me acuerdo que por la mañana un amigo nos informó de un viaje que está preparando para ir este verano a Rumania. Para los días que eran y todo el viaje estaba muy bien, la verdad. Pero es que es más de mi sueldo.

Mi partener y yo por separado dijimos como un resorte: Ya nos gustaría, pero no podemos. Con un poco de resignación, pero sin más importancia. Nos fuimos a casita tan contentos.

Es otro detalle más. Supongo. Que no te importe tener ciertos lujos, no te supone mayor problema. No tiene más importancia que no podérselo permitir. Pero eso no quita que quieras tener según que cosas y hacer según que cosas.