que llueva, que llueva...
No para de llover… Y mis tulipanitos y narcisos están de lo más contento. Esta semana me está gustando bastante (si exceptuamos el tema laboral). Los días de lluvia me dan felicidad. Que no alegría. Es una sensación un poco extraña, creo que he descubierto la diferencia entre ser feliz y estar alegre. Estos días no estoy especialmente alegre, pero me siento feliz. Me siento feliz porque veo a mis plantitas crecer y crecer. Me siento feliz de poder caminar con un paraguas en la mano. Me siento feliz de poder llegar a casa y quitarme la ropa empapada (hogar dulce hogar). Me siento feliz de poder hacerme tranquilamente una cena simple. Me siento feliz de poderme acurrucar en el sofá sobre mi partener sin tener la sensación de estar de prestado y pendiente de quien más se quiere sentar en el sofá para levantarme. Me siento feliz de saber lo que hay en mi nevera pero casi más de saber lo que no hay, que pudiera ser tambien. Me siento feliz hasta de respirar…
Creo que siento también la felicidad de la inocencia y de la ignorancia. Por unos días estoy intentando ignorar mi futuro.
Además dentro de 2 días tendré vacaciones sólo para mí!!! Y todavía no sé dónde vamos a ir. Sólo sé dos premisas:
Distancia máxima: 100 km. Por imposición del coche que no da más de sí.
Alojamiento en un humilde hogar de tela: Por imposición económica, básicamente.
2 Comments:
Sean como sean, disfruta tus vacaciones. Solo alejarte de casa y dejar todo atras por unos dias vale su peso en oro querida :)
La carpa, tienda o como quieras llamarla, a mí me ha proporcionado minivacaciones inolvidables!:)
Que disfrutes de las tuyas y recargues energía. =:)
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