Tranvias

Bueno…
Pues ya es jueves. Recibí la confirmación de la noticia que esperaba: Adios a uno de los sueños que había estado persiguiendo. La verdad es que me imaginé que me lo tomaría peor, pero…No. Me he quedado igual. Yo para mí que mi consciente y mi subconsciente tenían un debate que ha hecho que la cosa no acabara de funcionar. Mi consciente lo deseaba: Era mi objetivo desde que comencé mi vida laboral. Porque lo de profesional, me van a disculpar, pero he dejado de buscarla. Era un puesto muy bueno, retribución que ni te cuento, pero… Los objetivos cambian. Y el año pasado se produjo en mí un cambio, así sin más. Vino un día se instaló, le dio la vuelta a todas las ideas de mi cabeza, y empezó a maquinar para redirigir los pasos.
En esas estoy, probando tropecientos mil caminos, y ese era uno de ellos. Pero creo que mi subconsciente no lo quería del todo.

Empiezo a pensar que las cosas no suceden por casualidad: Yo ese día estaba leyendo en la parada del tranvía un libro bastante insulso pero entretenido y no me fijé en el tranvía por algo. Antes de coger cualquier transporte público que desconozco siempre miro muy bien el trayecto, las paradas…Soy un poco maniática, que pasa?


Pues ese día no lo miré. Subí en el primero que apareció. Por el camino empecé a dudar, hasta tres paradas llegué. La equivocación supuso 20 minuots de retraso. Porque no avisé del retraso? Siempre lo hago. Me gusta ser puntual, porque no me gusta esperar a la gente sin saber cuando apareceran. Si veo que me voy a retrasar más de 10 minutos aviso, dando tiempo estimado de retraso.
No lo hice.
Resultado: Fuera candidatura.

La verdad creo que en el fondo me alegro, porque si hubiera llegado al final, hubiera supuesto parar los otros caminos que he comenzado.